La entrada a la localidad está flanqueada por un arco de entrada . Antes de este arco encontramos un crucero de finales del siglo XVII.
Ejemplo típico de pueblo-calle de no más de medio kilómetro de longitud. La falta de alineación y uniformidad de sus fachadas evita la monotonía y permite la obtención de magníficas perspectivas. Su caserío ofrece gran variedad y riqueza arquitectónica, ya que aparecen la mayoría de las categorías tipologías del valle.
Hay que resaltar la arquitectura palaciega que podemos observar en el Palacio de Arretxea, Palacio Borda y Casa Arriada.
Pero sin lugar a duda el lugar más emblemático de Amaiur es el monolito que evoca el último intento de la dinastía navarra por recuperar su territorio. Su antiguo castillo, asediado encarnizadamente por el ejército y la artillería del Duque de Nájera y del Conde de Lerín, beaumonteses, fue defendido con obstinado heroísmo por la guarnición agramontesa a cargo del Alcaide Jaime Velaz de Medrano hasta que fue totalmente destruido en 1.522.
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