Cuando hace unos seis meses aparecieron los primeros vídeos de Hard Bass en el  Este de Europa, nadie esperaba el alboroto que crearían tiempo después. A  primera vista parece una moda más ligada a las imposiciones del sistema, pero  nada más lejos de la realidad.
Como un subgénero de la música dance más  extrema y con un baile característico se ha ido extendiendo como la polvora  desde el este del Viejo Continente, dejando una serie de detalles en países como  Rusia o Ucrania, donde en la subcultural dominante reina la obsesión por el  alcohol y las discotecas, ha emerguido de las vanguardias nacionalistas una  respuesta cuanto menos curiosa. Unos países donde las condiciones que soportan  los nacionalistas no pueden ser catalogadas de suaves y más bien al contrario,  sufren una dura presión del sistema, han optado por expresarse de una manera  original.
A primera vista puede parecer que es un grupo de jóvenes que  disfrutan de la música electrónica, acontecimiento aparentemente sin sentido,  pero tiene un mensaje ecológico crucial: divertirse sin drogas e incluso sin  alcohol y sin tabaco. Disciplina a un nivel diferente al nuestro.
Uno de los  temas más destacados es "Great school of hard bass dancing" (En inglés), de un  dj ruso, y que habla sobre los jóvenes de la clase obrera que se divierten sin  drogas; siendo una derivación del Pumping House creado en Holanda y dominado por  el consumo de drogas, el Hard Bass es el primer subgénero que promueve la  diversión y la música electrónica sin usar drogas.
Con el tiempo se han ido  añadiendo diversos elementos como máscaras, bufandas de fútbol o bengalas, estas  últimas gracias a la fuerte difusión que ha tenido este estilo en la escena de  las gradas del Este de Europa, así mismo puede observarse el saludo romano en  muchos de sus vídeos, que por supuesto significa el respeto a las antiguas  tradiciones europeas. Pero sobre todo tiene un fin de divertirse de una manera  sana, alejados de locales agobiantes y tomando los lugares públicos que  pertenecen a todos los ciudadanos. Grupos de amigos que se divierten al aire  libre en lugares curiosos o emblemáticos de su ciudad, que se lo pasan bien y  que con ello reclaman su hueco para protestar contra el orden impuesto.
Una  revuelta diferente, una revuelta alegre, una revuelta divertida y por supuesto  una revuelta contra el sistema establecido
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